EL PRIMER PINCEL.
Sólo hay tres herramientas cuyo diseño básico ha permanecido casi inalterado desde su invención, hace miles de años: el hacha, el cuchillo y el pincel. Cierto que han entrado nuevos materiales: metal, fibras sintéticas, plásticos…Pero el diseño básico, así como su manejo y sus utilidades son, básicamente, las mismas. El hacha y el cuchillo nacieron casi con su forma actual. Primero el cuchillo, a partir de trozos de silex afilados con suaves golpes contra otra piedra. Ponerle un mango para facilitar su uso debió de ser una evolución muy temprana. El hacha nació como una prolongación del brazo, para aprovechar la mayor fuerza de los golpes de los golpes descendentes. Ambas herramientas, junto con la lanza el arco y la flecha, nacieron por la necesidad de cazar, trocear las piezas, preparar la comida y la guerra.
Pero, poco después del nacimiento de estas herramientas, surgió otra cuya única finalidad era el arte: el pincel. Nació con la misma forma que conocemos en la actualidad y requirió un corto proceso evolutivo. Pero vayamos por partes.
El primer instrumento usado con fines artísticos fue la mano humana. Con ella, se cree, adornaron sus cuerpos usando los pigmentos que se pueden encontrar en la naturaleza: sangre, tierra de ocre…Más tarde, usaron la boca como instrumento de pintura. El método consistía en llenarse la boca con pigmento y soplar con fuerza. Con este método dibujaron las “Manos Pintadas”, generalmente en negativo. No se sabe muy bien por qué lo hacían, pero es posible que fuese parte de alguna ceremonia religiosa. Una evolución natural de este proceso es usar un bastoncillo o un huesecillo hueco para dirigir mejor la pintura.
Pero el ser humano siempre a querido plasmar lo que ve y siente. Quería dibujar los animales que cazaba y, con esta primera técnica aerográfica, no podía hacerlo. Necesitaba algo que trazar líneas. Los primeros dibujos fueron trazados con el dedo desnudo y trozos de carbón. Pero el dedo desnudo tiene muchas desventajas: su carga de pintura es escasa y dibujar sobre la roca es muy incomodo, llegando a producir pequeñas heridas. Una solución intermedia fue revestir el dedo con una piel de animal. Con esto se consiguió más comodidad a la hora de trabajar y una mayor carga de pintura. Esta técnica se utilizó en Altamira, donde se ven trazos uniformes imposibles de conseguir con el dedo desnudo. Con esto no se pueden conseguir trazos finos y detallados, un gran inconveniente para aquellos primeros artistas. Los detalles más finos se conseguían con carbón, aunque sacrificando el color natural de la pieza.
También en Altamira se puede apreciar el siguiente paso en las técnicas pictóricas: el pincel. Se cree que los primeros pinceles fueron simples ramitas de árboles con un extremo machacado entre dos piedras. Una herramienta fácil de conseguir y que permite tener un pincel para cada color, así como distintos grosores. Otra ventaja es que no hace falta limpiarlos: en apenas diez minutos se pueden fabricar una docena de pinceles. En pruebas de laboratorio se ha comprobado que no todas las maderas son las apropiadas para este uso. Las mejores son las de savia acuosa, como el chopo o el álamo. Basta con quitarle un trozo de corteza y machacar un extremo para conseguir un pincel más que aceptable. Maderas como el pino o el abeto, de savia aceitosa, no son muy apropiadas, ya que la savia impide que las fibras de madera se empapen de pintura.
Con estos primeros pinceles se conseguían trazos largos, y del diámetro deseado por el artista, pero bastos. Las fibras de madera son gruesas y los hombres, siempre buscando la perfección, deseaban trazos más uniformes: los trazos que se podían conseguir con las pieles de animales. Unir los dos materiales: el palo de madera con los pelos de animales debió ocurrir hace 10.000 años, en algún lugar entre Francia y España y muy pronto el nuevo pincel se extendió por todas las zonas habitadas. En la Cueva del Tajo de las Figuras (Benalup-Casas Viejas) ya se usaron, hace 10.000 años, esos pinceles, aunque hay figuras que aún se realizaron con palitos con un extremo machacado.
Y así nació el primer pincel. Su diseño básico no ha cambiado nada en 10.000 años, y sus técnicas de manejo son las mismas. No se a encontrado sustituto y, prácticamente todos los artistas plásticos lo han usado en algún momento de su carrera. Con él nació el arte tal como lo conocemos hoy en día, y es muy posible que siga siendo la herramienta del artista por excelencia, pues será casi imposible encontrarle un sustituto digno.
J.B.Sanchis.
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