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HISTORIA DEL ARTE

EL NEOLÍTICO. La piedra nueva

 

Se acepta que el modo de vida paleolítico finalizó hace unos 10.000 años, con los cambios climáticos del final de la última glaciación de Würm. Los glaciares se retiran al norte de Europa, dejando nuevas y vastas tierras vírgenes para la colonización del hombre. Con el cambio de clima, cambia la fauna y la flora. Desaparecen inmensos bosques de coníferas y pináceas, dejando paso a grandes llanuras cubiertas de hierba con poco árboles. Muchos animales,adaptados al clima más frío, como el mamut o el rinoceronte lanudo, se extinguieron o, como ocurrió con el reno o el buey almizclero, emigran a latitudes más norteñas. También desaparecen grandes depredadores, como el tigre dientes de sable o el león cavernario. Los nuevos animales son más pequeños, con menos grasas y más difíciles de cazar. El Hombre necesita cazar más animales para conseguir la misma cantidad de carne.

 

En cuanto a la recolección, los cambios en la flora son mucho más profundos. Aparecen las hierbas de pradera, con especímenes con hojas y bulbos comestibles (zanahoria, cebolla, ajos, acelgas, espinacas, trigo, cebada...) y, lo que es más importante: semillas de fácil recolección y almacenamiento.

 

El hombre tuvo que adaptarse a los nuevos cambios. Su adaptación fue gradual, necesitando varios miles de años para alcanzar su nuevo estadio: el sedentarismo. Desarrolla la agricultura, la ganadería y la guerra. También sus creencias religiosas, así como su concepto de belleza evolucionan. Todos estos cambios se reflejan en su mobiliario y su arte.

 

Las reproducciones rupestres no sólo no desaparecen, sino que se hacen más numerosas. Aparece el Arte Levantino, la cerámica y los grandes monumentos en piedra. Es posible que la música se perfeccionara con nuevos instrumentos : tambores, flautas y formas primitivas de guitarras o violines (ambos instrumentos descienden del arco), así como las primeras obras literarias, aunque de trasmisión oral. En ésta época nacen las primeras leyendas que luego se reflejarían en el Antiguo Testamento y otros textos muy antiguos.

 

Arte Levantino.

 

Las primeras pinturas del Arte Levantino fueron descubiertas por Juan Cabré en 1903 y los últimos estudios las sitúan al final del neolítico, cuando el ser humano ya deja el nomadismo definitivamente para convertirse en agricultor y ganadero sedentario. Son paralelas, en el tiempo, a los grandes monumentos megalíticos de toda Europa.

 

Éstas pinturas, se extienden por las zonas montañosas cercanas al Mediterráneo, dese Huesca y el sur de Cataluña hasta Almería, penetrando en las actuales provincias de Albacete, Teruel y Cuenca, aunque su concentración mayor la encontramos en las provincias de Valencia y Castellón. Se abandonan las cuevas y se pinta al aire libre. en salientes rocosos de difícil acceso; lo que demuestra que su función era religiosa y mágica.

 

Los más destacable del Arte Levantino es su similitud, con ciertas salvedades, tanto en técnicas como en motivos, a pesar de que muchas pinturas están separadas por centenares de kilómetros. Es evidente que había un intenso intercambio cultural entre los pueblos que habitaron el el mediterráneo español. Las figuras solitarias dejan paso a verdaderas escenas colectivas, donde el ser humano, muchas veces mezclado con animales, es el protagonista. Se le representa en todos los momentos de su vida: cazador, arquero, recolector, ganadero y agricultor. Junto a escenas de recolección de miel (La Araña) o de aceitunas (La Sarga) se han encontrado escenas de arado de la tierra y cuidado de rebaños de animales. No faltan escenas de danza, de guerra y de ritos religiosos. Reflejan, incluso, la organización social de la época. Los jefes son representados más grandes y con más adornos corporales que los demás. Se puede identificar al jefe de la tribu, al jefe de la caza e, incluso, al chaman o sacerdote. Todo indica que aquellas tribus o poblados ya disponían de una fuerte jerarquización social, basada en una estructura militar, y que los jefes usaban el arte para proclamar su poder. La vestimenta apunta a un nuevo clima, más seco y caluroso, y nuevos gustos en el vestir. Las mujeres llevan largas faldas más o menos acampanadas, adornadas con franjas verticales u horizontales, con el pecho descubierto. Los hombres parecen llevar taparrabos o sólo muestran el carjal de las flechas como única vestimenta. En ambos casos, se muestra especial cuidado (sobre todo en las figuras de los jefes) en mostrar los complementos en el vestir: collares, brazaletes, plumas, etc.

 

Nunca prepararon la roca antes de empezar la pintura, pero sabían aprovechar los salientes y oquedades para dar sensación de profundidad. Los pigmentos naturales eran triturados y mezclados con grasa de animales y huevo. Ya utilizaron pinceles de pelos de animales y plumas de ave para su trabajo. Domina la monocromía: rojos, ocres, negros y, muy raramente, blanco. Se rellenaba de color la silueta, tanta humana como de animales, aunque hay algunas representaciones sólo de siluetas o con la parte interna con pocos trazos. Las figuras no son estáticas: reflejan movimiento, acción. Sus modelos estaban vivos y reflejaron esa vida en las pinturas.

 

El Arte esquemático.

 

Muy relacionado con el Arte Levantino y, seguramente, contemporáneo, encontramos el Arte Esquemático. Sierra Morena es su centro, disminuyendo en intensidad a medida que se asciende al norte peninsular. Se puede ver que el Arte Levantino influyó mucho en el Esquemático tanto en técnicas como en motivos. Pero en numerosas ocasiones, la esquematización es tan grande que se hace difícil encontrarle un significado. La figura humana es la más representada, con piernas y brazos en arco con gran simplificación en el trazo y la figura. Hay figuras y símbolos solares muy esquematizados (hay una teoría que afirma que son primitivos calendarios) no faltan las escenas de caza y, posiblemente, de ritos religiosos. Este arte fue absorbido por el Levantino, hasta que éste último predominó en toda la zona.

 

Cerámica.

 

La cerámica es el fósil directo más importante para identificar grupos culturales en el tiempo y el espacio. La cerámica es indestructible, si bien las jarras de arcilla se rompen con facilidad, siempre hay algún trozo que contiene valiosa información para el investigador. Cada cultura adornaba sus cerámicas de una forma diferente, lo que hace que sea una expresión artística de gran importancia y belleza.

 

Nació con un fin práctico, como contenedor para guardar líquidos, sólidos, cocinar, comer y beber, y es un rasgo propio de comunidades sedentarias, aunque se sabe que ciertas comunidades nómadas la fabricaban. Desde el primer momento, la cerámica fue objeto de decoración, aunque no toda se adornaba. En todas las culturas se distingue la vajilla de “diario” sin adornos y más tosca en su fabricación, de la usada para fines concretos como fiestas o ritos funerarios. Se cree que, al principio, fue una actividad netamente femenina, conservadora en repetición de formas y motivos artísticos.

 

La cerámica desempeñó un importante papel en ritos funerarios. Con ella se dejaban, junto al cadáver, ofrendas de comida y bebida. Con sus adornos identificaban al enterrado, su posición social y su prestigio. Incluso se han encontrado enterramientos donde un gran vasija hace de modo de ataúd

 

Monumentos megalíticos.

 

Los encontramos en toda Europa y podemos dividirlos en tumbas y lugares de peregrinación. De éstos últimos hablaremos más tarde.

 

Los monumentos megalíticos han sido, sin duda, la manifestación artística del hombre primitivo que más llama la atención. Buena prueba de ello es la cantidad de leyendas que los rodean: en cada país se atribuye su construcción a druidas, gigantes, enanos, egipcios, atlantes, magos y, últimamente, extraterrestres. Su tamaño y significado nunca pasaron desapercibidos, hasta el punto que muchos fueron, en un intento de erradicar creencias paganas, cristianizados; por el simple método de grabar algún signo religioso en sus piedras. Lo más difícil es explicar por qué unos pueblos primitivos, con la sola energía de sus brazos y de sus animales y siempre en el umbral del hambre, dedicaron tanto esfuerzo en acarrear enormes piedras, así como toneladas y toneladas de tierra.

 

La mayoría de estas construcciones tienen carácter funerario común. En ellas se enterraba a los integrantes (seguramente reyes y otros dirigentes) de una determinada familia o casta. Tienen muchas formas: corredor, dolmen, cámara sencilla, con varias habitaciones...A partir de estas formas, la variedad es enorme. En algunos casos, las piedras interiores están grabadas con temas abstractos y geométricos y, se supone, que muchos estaban pintados.

 

Pero lo más curioso es que esas construcciones fueron diseñadas para no ser vistas, aunque hoy casi todas están al aire libre. Las construcciones funerarias fueron cubiertas con enormes montículos de tierra o piedras, que sólo dejaban al descubierto la puerta de entrada que, por lo general, era una enorme losa difícil de mover. En las Islas Británicas se pueden observar varias tumbas cubiertas con un sólo cúmulo de tierra. Destaca la enormidad del cúmulo de tierra, hasta 100 veces más grande que la propia tumba. Es evidente el enorme esfuerzo que debió suponer su construcción.

 

El fin de estas tumbas es albergar los cuerpos de una comunidad, generación tras generación. Con esta práctica mantenían los lazos de parentesco que los habían unido en vida. Pero tenían otros cometidos como símbolos de identidad de una comunidad o sociedad determinada y, al mismo tiempo, delimitar tierras y zonas de pastoreo.

 

 

 

Stonehenge.

 

Es, sin lugar a dudas, el monumento megalítico más fascinante. Fue construido a finales de la Edad de Piedra y principios de la de Bronce. Por lo tanto, su edificación se prolongó durante un extenso periodo de tiempo. Por lógica, debió sufrir muchas modificaciones a lo largo del tiempo y se acepta que fue levantado en, al menos, cinco (algunos dicen tres) fases.

 

En la primera fase (3,000 antes de Cristo) se cava un foso y un terraplén circular de 115 metros de diámetro. Dentro del círculo se cavan 56 hoyos que, posiblemente, albergaran postes de madera.

 

Segunda fase: neolítico medio y su final: se levantan postes de madera en disposición lineal entre la entrada noroeste y la entrada sur. En ésta época datan los restos de muchas incineraciones humanas. Lo que hace pensar que se usa para ritos funerarios y cementerio.

 

Tercera fase: 2,500 antes de Cristo. Se levantan los monolitos en círculo o semicírculo. Los más antiguos son la pareja de piedras azules, llamadas así por su tonalidad azul cuando se mojan por la lluvia de cuatro toneladas cada una. Proceden de Gales y tuvieron que ser transportadas 400 kilómetros. También se levantan las “piedra de las estaciones”, “la piedra altar” y “la piedra talón” esta última fuera del terraplén junto a la entrada noroeste.

 

Cuarta fase: Stonehenge adquiere la forma que hoy conocemos, cuando se erige el círculo de piedras sarsen, de 5 metros de altura y un peso entre 40 y 50 toneladas. Están labradas y unidas por dinteles. Dentro del círculo de las piedras sersen se levantan cinco trillitos independientes formando una herradura. Cada uno de ellos está formado por dos jambas unidos por un dintel. El más alto alcanza los 7,50 metros de altura.

 

Se realizan otros trabajos, como reparar el terraplén y se añaden pequeñas estructuras de tierra circulares. Se construye la avenida hasta el río Avon flaqueada por terraplenes.

 

Quinta fase: Se añaden más piedras azules dentro del círculo sarsen y se cavan dos hileras de hoyos ceremoniales que rodean el circulo sarsen. Hacía el 1.500 antes de Cristo, el monumento es abandonado

 

Para entender Stonehenge hay que mirar más allá del círculo de piedra y explorar toda la llanura que le rodea, plagada de estructuras religiosas y mágicas. Durrington Valls una estructura situada a 3 kilómetros de Stonehenge, formada por un terraplén 20 veces más grande que el que albergó a Stonehenge y, en la antigüedad, dispuso de una compleja estructura de madera. A su lado, un poco más pequeño, se encuentra Woodhenge otro terraplén circular que, en su día, contuvo una estructura de madera. También encontramos túmulos de tierra y una estructura alargada de tierra llamada Circus. Pero lo más intrigante es la avenida que unía Stonehenge con el río Avon. Se han encontrado cabañas y numerosos restos de cerámica a lo largo de esa avenida y, probablemente fuese un lugar para procesiones y otros actos religiosos, como llevar las cenizas de los difuntos al río sagrado.

 

Es muy posible que fuese un lugar de peregrinación internacional, a semejanza de Lourdes, Fátima o La Meca. A poca distancia de Stonehenge se han encontrados dos tumbas datadas entre 2,400 y 2,500 antes de Cristo. La principal contenía los restos de un hombre entre 35 y 45 años, con una grave lesión en la pierna que debió producirle una acusada cojera. En la otra, descansaba un familiar muy cercano, tal vez su hijo. El examen del ajuar funerario de éste hombre, el más rico encontrado en Inglaterra y el del esmalte de sus dientes revelaron que había nacido en los Alpes, en una zona que hoy ocupan Suiza y Alemania. Su hijo, en cambio, nació cerca de Stonehenge. Mucho viajó ese hombre y debió tener un motivo muy poderoso para hacerlo.

 

Pero Stonehenge era algo más que un lugar de culto. También era un calendario solar y lunar. Las piedras indican, con asombrosa exactitud, las salidas del sol en determinadas épocas del año, así como los cambios en los equinoccios y los solsticios. La Luna indica los meses del año, proporcionando la información que todo agricultor necesita para cuidar sus cosechas. En una sociedad eminentemente agrícola, un calendario exacto es cuestión de vida o muerte, ya que las cosechas siguen un ciclo anual, con fechas precisas para su siembra y recolección. Stonehenge cumplía esta función.

 

Y, por último, la tercera función de Stonehenge: la del comercio y centro de intercambio cultural y social. Si hacemos caso a las últimas teorías, Stonehenge fue un templo de peregrinación donde acudían gentes de gran parte de Europa. Es inevitable la aparición del comercio para cumplir las necesidades de aquellos peregrinos y, junto al comercio, el intercambio cultural y social también es inevitable. Es curioso constatar que las grandes catedrales europeas cumplían con las mismas funciones que Stonehenge: lugares de culto, calendarios e intercambios comerciales, culturales y sociales. El Hombre no ha cambiado tanto desde aquellos lejanos tiempos en que se levantó Stonehenge.

 

 

Las líneas de Nasca.

 

Mas o menos en la misma época que se levantaba Stonehenge, otro pueblo realizaba una labor titánica. Seguramente, y al igual que en Stonehenge, su finalidad era religiosa y mágica, pero el fruto de su labor es una obra de arte de increíble belleza y único en el mundo: las líneas de Nasca (o Nazca).

 

Situadas en pleno desierto, al sur del Perú, son figuras de animales y geométricas labradas en el suelo. Son tan grandes (la más grande mide casi 700 metros de largo) que se dice que sólo pueden ser vistas desde el aire. Este hecho a dado lugar a muchas leyendas sobre su finalidad, así como la identidad de sus constructores. Al igual que en Stonehenge encontramos a los atlantes, egipcios y, por supuesto, extraterrestres, como posibles constructores de las lineas de Nasca. En realidad fue el pueblo Nasca, una comunidad de agricultores y ganaderos, quien las ideó y las llevó a cabo, por el sencillo método de cuadricular el terreno con palos y cuerdas, y hacer los dibujos siguiendo la cuadricula. Los dibujos se hacían quitando las piedras de la superficie, oscurecidas por el duro clima, y dejando el subsuelo, mas claro, a la vista. Es falso que sólo pueden ser contempladas desde el aire. Todas las lineas tienen, en los cerros cercanos, una especie de balcones y miradores para ser contempladas.

 

Las últimas investigaciones indican que su finalidad era religiosa, como caminos para procesiones. Distingamos, en primer lugar, las dos clases de líneas existentes. En primer lugar, las más antiguas, con formas de animales y plantas. Luego, un poco más modernas, las geométricas, generalmente rectas y con forma rectangular, aunque abundan las espirales. Las líneas que representan animales están trazadas con una sola línea, de forma que pueden recorrerse sin pisar dos veces por el mismo sitio. Todo indica que, para adorar a un determinado dios, (El “Dios Araña” o el “Dios Colibrí” por ejemplo) organizaban una procesión y recorrían la figura elegida, siempre contemplados por el pueblo desde sus balcones y miradores situados en posiciones elevadas. Pero la población fue creciendo y, por lo tanto, el número de participantes en las procesiones. Al final, debió resultar incomodo participar en esas procesiones, pues son líneas finas, teniendo que desfilar de uno en uno por ellas. Tuvieron que trazar las líneas rectangulares, verdaderas “calles” rectas,lisas y siempre conectadas con alguna figura animal. Las procesiones se hicieron más cómodas y multitudinarias.

 

Al final y principio de las líneas rectangulares se han encontrado pequeños y toscos altares, simples montones de piedra cuyo único fin era albergar las ofrendas a los dioses. Éstas ofrendas consistían, generalmente, en vasijas de cerámica llenas de agua que se rompían contra las piedras, además de judías, lúcumas de pulpa dorada y conchas del molusco Spondylus. Este molusco de aguas cálidas sólo aparece en épocas de grandes lluvias, durante los periodos del Niño. Aquellos habitantes de uno de los desiertos más duros del mundo, adoraban al agua, pues su existencia dependía de ella. Las líneas fueron trazadas para agradar a los dioses, pues sólo los dioses podían traer agua abundante para sus cosechas. Para ellos fue una labor tetánica, como lo fue la construcción de Stonehenge o cualquier catedral europea. El fin siempre era el mismo: agradar a la divinidad. El resultado, también el mismo: obras de arte de increíble belleza.

 

 

EL PALEOLÍTICO: arte naturista y magia

 

En este período de tiempo, cuando el ser humano ya había alcanzado su aspecto e inteligencia actuales, el clima de Europa se hace menor riguroso, pues todo el planeta atraviesa un periodo interglaciar. En la zona occidental euroasática, la población humana crece sin cesar, favorecida por la bonanza del clima y las nuevas fuentes de alimentación. Al principio, la humanidad estuvo representada por el Homo Sapiens Neanderthalensis que, poco a poco, fue apartado por el Hombre de Cro-Magnon, nuestro antepasado más directo.

 

La vida doméstica creció, las tribus nómadas pasaron a tener varias familias y, según demuestra el estudio arqueológico, hubo un intenso intercambio comercial, social y cultural entre las distintas tribus que poblaban un determinado territorio. Se aplicaron nuevas tecnologías en la fabricación de instrumentos de piedra, madera, hueso y cornamenta y se manifestaron las primeras creencias religiosas. El Hombre del Neanderthal fue el primero en enterrar a sus muertos con un ligero ajuar funerario. En algunas tumbas, este ajuar no existe, pero los cadáveres se enterraban en posición fetal, como indicando un regreso al seno materno. Son las primeras manifestaciones de una serie de creencias, basadas en la vida después de la muerte El Hombre del Neanderthal tenía un cierto gusto por la belleza, que se refleja en sus colecciones de objetos raros y bellos, Se han encontrado verdaderas colecciones de conchas y minerales en sus cuevas. Algunos objetos de estas colecciones procedían de territorios a centenares de kilómetros de la cueva donde se encontraron. Es muy posible que el Hombre del Neanderthal inventara la música, el canto y la actuación artística: todo encaminado a ritos religiosos y funerarios.

 

Las primeras manifestaciones de verdadero arte fueron desarrolladas por el hombre de Cro-Magnon, Enterraba a sus muertos junto a ofrendas de comida y utensilios de caza, lo que indica que ya creía en una vida después de la muerte. El desarrollo del arte fue, en parte, una manifestación de sus ya profundas creencias religiosas. Creencias que distinguen al hombre del animal, y es esta distinción el verdadero nacimiento del arte, pues sólo el ser humano es capaz de hacer arte.

 

Las manos pintadas.

 

Una de las primeras manifestaciones artísticas, tanto en Europa como en el continente americano, fueron las manos pintadas, representadas en las paredes de las cuevas. Se trata de simples contornos o improntas (manos pintadas) pero que manifestaron, por primera vez, el concepto de la forma, aportando la idea que una cosa ficticia puede ser igual a una real.

 

Su fin era religioso y de aceptación en la sociedad. El análisis de las huellas dactilares encontradas en esas manos revela que se hacían cuando el individuo alcanzaba la pubertad 8aunque hay manos cuyas huellas dactilares reflejan una edad más avanzada) indicando que eran parte de un rito del paso de la niñez a la edad adulta, o de aceptación de un individuo de otra tribu en la tribu actual. Predominan las manos de hombres sobre las de las mujeres y, generalmente se pintaba la derecha. Algunas muestran ciertos signos repetidos en otras manos, como indicando un cierto estatus del individuo que dejó su mano pintada. Utilizaban pigmentos naturales: ocre, sangre...

 

Las `rimeras manifestaciones artísticas, aparte de la música y el canto. Cpnsistieron en representaciones de animales grabados en piedra. De ahí a las primeras pinturas, que reflejaban la realidad que veían aquellos hombres, sólo hay un paso. Em pezaron a pintar en las cuevas de Lascaux (Francia) y en la de Altamira (España). En ambas cuevas está representada la fauna del lugar y, como explicaremos a continuación, su finalidad era mágica y religiosa.

 

La finalidad mágica del arte.

 

En el paleolítico, la sociedad se componía de cazadores y recolectores nómadas que formaban pequeños grupos de tres o cuatro familias. Su economía era de subsistencias: cazaban y recolectaban lo que comían sin mucho margen para el comercio. Está demostrado que comerciaban con otras tribus, pero en pieles, armas, objetos de adorno, etc... Gran parte de la existencia giraba, por lo tanto, en la obtención de comida. Este hecho hace suponer que el arte, en sus principios, debía tener una finalidad práctica, además de religiosa. El retraso en la llegada de las grandes manadas de rumiantes, base de su alimentación, debía ser una catástrofe para aquellos primeros hombres. No es difícil imaginarlos pintando bisontes, ciervos, caballos o uros en sus cuevas, mientras suplicaban por la llegada de las manadas en sus emigraciones anuales. No hay mucha diferencia entre estos actos y las suplicas y procesiones que se realizan, aun hoy, para que deje de llover o finalice la sequía.

 

Las representaciones pictóricas de animales en las cuevas aparecen en lugares de difícil acceso. En ocasiones hay que arrastrarse un buen trecho para llegar a la zona de pinturas. Esto descarta la finalidadestética, de las pinturas. Se pìntaba por una razón muy concreta, que no era la de simple adorno. Quien las realizaba era alguien elegido por la comunidad (chaman o sacerdote) sólo él y sus ayudantes podían entrar en esa zona de la cueva, para realizar sus ritos y suplicas. Por otra parte, no se han encontrado pinturas en lo que podríamos llamar”la zona común” de la cueva, lo que indica que estaban prohibidas para los no elegidos para esa misión. Su función era religiosa, y sólo los chamenes y demñas religiosos podían pintarlas, contemplarlas y adorarlas.

 

Todo indica que las pinturas (que representan autenticas escenas de caza de carácter naturismo) se hacían para facilitar la caza del animal. En la pintura, el animal sufría las mismas heridas que en la realidad. Es el deseo, representado en la pintura, de que el animal muera rápido y sin peligro para el cazador. La caza, hasta el uso de la pólvora, siempre fue una actividad muy peligrosa. Cualquier cazador primitivo desearía que, con una sola flecha, cayera la pieza muerta sin peligro para él. Ese deseo lo reflejó en sus pinturas.

 

Las Venus.

 

Las Venus fueron las primeras manifestaciones escultóricas realizadas por el ser humano. Son pequeñas estatuas talladas en piedra (posiblemente también las tallaran en madera y hueso, pero no han llegado a nuestros días) y que representan a una mujer de aspecto maternal, con enormes vientres y pechos. Su reducido tamaño, entre 3 y 22 centímetros, indica que fueron pensadas y esculpidas para un transporte sencillo, cosa imprescindible en pueblos nómadas. Es posible que fuesen amuletos para colgarse al cuello o ser llevados en la palma de la mano, como forma de algun rito.

 

Representan otro gran deseo humano: el de la perpetuidad. Despues de la obtención de la comida, el segundo gran problema de aquellos primeros humanos era la perpetuidad de la tribu. Se traduce en la necesidad de tener un buen número de madres, para que doten a la tribu de suficientes descendientes. A la madre había que protegerla como fuese, incluso en el ámbito religioso y mágico.

 

Las Venus representan a mujeres en edad fértil, con atributos sexuales muy enfatizados, con senos, vientre, nalgas y caderas exageradas. En ocasiones, se aprecia un hijo saliedo del seno materno. El rostro, así como manos y pies, o están muy esquematizados o no existen. A partir del periodo magdaliense, se destacan las zonas púbicas con una incisión triangular. Esta forma de plasmar los genitales femeninos llegó hasta las primeras manifestaciones artísticas griegas.

 

Según las últimas investigaciones, las Venus estaban pintadas con diferentes tonalidades de rojo. El rojo era el color sagrado de muchas tribus, muchos cadáveres fueron pintados de rojo antes de ser enterrados. En las Venus, es posible que representara la menstruación, como el periodo fértil de la mujer.

 

En conclusión, la finalidad de las primeras manifestaciones artísticas, no está vinculado a un principio decorativo; sino a la imitación de la realidad, para que ésta fuere favorable a los deseos de los primeros seres humanos. Su fin era mágico y religioso, con la idea de que el arte es la continuación de la realidad. De una realidad que nunca desaparece y siempre está presente en el quehacer diario del ser humano.

 

Hominización y arte

La prehistoria es la etapa más larga de la historia de la humanidad. Al Hombre le costó millón y medio de años de evolución anatómica conseguir el aspecto que ahora tenemos, así como el tamaño del cerebro y la habilidad manual. Las tres cosas son imprescindibles para entender nuestro arte. La figura humana es la más representada en todo arte, sin el tamaño de nuestro cerebro no lograríamos realizar los procesos mentales necesarios que conducen al arte y, por último, sin manos, es imposible manejar pinceles, martillos, gubias, tambores… El delfín, por ejemplo, tiene un cerebro muy semejante al humano, tanto en tamaño como en inteligencia. Pero será muy difícil que llegue al arte, por la sencilla razón que no tiene manos para usar herramientas.

 

            Hace un millón de años, empezaron a fabricarse, primero en África y más tarde en Eurasia, los primeros utensilios de piedra. Sus autores fueron el homo habilis, el homo erectus y los primeros presapiens que, en esa misma época, empezaron a evolucionar en África. Pero se necesitó ese mismo millón de años para encontrar las primeras manifestaciones artísticas. Éstas se remontan a unos 30.000 años atrás. Sin embargo, ni los útiles de piedra ni las representaciones artísticas, no habrían sido posible sin un proceso evolutivo único en todo el planeta: la liberalización de las manos.

 

            En efecto, al adoptar la postura erecta, las manos quedaron libres para realizar otros trabajos, aparte del simple prensil o caminar a cuatro patas. El hombre puede fabricar objetos, trasportar cosas y, por supuesto, pintar y grabar así como elaborar las primeras pero significativas esculturas. La evolución del hombre es la evolución de su cerebro y de sus manos. Ambos órganos van unidos y son inesperables: sin manos no se puede fabricar objetos y, sin cerebro, las manos de poco sirven. Tanto el arte como cualquier objeto o idea, nace en el cerebro. Las manos lo materializan. Sus tres primeras herramientas artísticas: el pincel, la gubia y el tambor siguieron este proceso.

 

            A medida que la inteligencia humana fue creciendo, también creció su habilidad manual, logrando mayor precisión en la ejecución de cualquier acto. Así, pareja a la evolución anatómica e intelectual, tuvo lugar otra evolución: la cultural y tecnológica, de modo que los útiles fueron cada vez más complejos y variados, adecuándose a cada finalidad.

EL PRIMER PINCEL.

Sólo hay tres herramientas cuyo diseño básico ha permanecido casi inalterado desde su invención, hace miles de años: el hacha, el cuchillo y el pincel. Cierto que han entrado nuevos materiales: metal, fibras sintéticas, plásticos…Pero el diseño básico, así como su manejo y sus utilidades son, básicamente, las mismas. El hacha y el cuchillo nacieron casi con su forma actual. Primero el cuchillo, a partir de trozos de silex afilados con suaves golpes contra otra piedra. Ponerle un mango para facilitar su uso debió de ser una evolución muy temprana. El hacha nació como una prolongación del brazo, para aprovechar la mayor fuerza de los golpes de los golpes descendentes. Ambas herramientas, junto con la lanza el arco y la flecha, nacieron por la necesidad de cazar, trocear las piezas, preparar la comida y la guerra.

 

            Pero, poco después del nacimiento de estas herramientas, surgió otra cuya única finalidad era el arte: el pincel. Nació con la misma forma que conocemos en la actualidad y requirió un corto proceso evolutivo. Pero vayamos por partes.

 

            El primer instrumento usado con fines artísticos fue la mano humana. Con ella, se cree, adornaron sus cuerpos usando los pigmentos que se pueden encontrar en la naturaleza: sangre, tierra de ocre…Más tarde, usaron la boca como instrumento de pintura. El método consistía en llenarse la boca con pigmento y soplar con fuerza. Con este método dibujaron las “Manos Pintadas”, generalmente en negativo. No se sabe muy bien por qué lo hacían, pero es posible que fuese parte de alguna ceremonia religiosa. Una evolución natural de este proceso es usar un bastoncillo o un huesecillo hueco para dirigir mejor la pintura.

 

            Pero el ser humano siempre a querido plasmar lo que ve y siente. Quería dibujar los animales que cazaba y, con esta primera técnica aerográfica, no podía hacerlo. Necesitaba algo que trazar líneas. Los primeros dibujos fueron trazados con el dedo desnudo y trozos de carbón. Pero el dedo desnudo tiene muchas desventajas: su carga de pintura es escasa y dibujar sobre la roca es muy incomodo, llegando a producir pequeñas heridas. Una solución intermedia fue revestir el dedo con una piel de animal. Con esto se consiguió más comodidad a la hora de trabajar y una mayor carga de pintura. Esta técnica se utilizó en Altamira, donde se ven trazos uniformes imposibles de conseguir con el dedo desnudo. Con esto no se pueden conseguir trazos finos y detallados, un gran inconveniente para aquellos primeros artistas. Los detalles más finos se conseguían con carbón, aunque sacrificando el color natural de la pieza.

 

            También en Altamira se puede apreciar el siguiente paso en las técnicas pictóricas: el pincel. Se cree que los primeros pinceles fueron simples ramitas de árboles con un extremo machacado entre dos piedras. Una herramienta fácil de conseguir y que permite tener un pincel para cada color, así como distintos grosores. Otra ventaja es que no hace falta limpiarlos: en apenas diez minutos se pueden fabricar una docena de pinceles. En pruebas de laboratorio se ha comprobado que no todas las maderas son las apropiadas para este uso. Las mejores son las de savia acuosa, como el chopo o el álamo. Basta con quitarle un trozo de corteza y machacar un extremo para conseguir un pincel más que aceptable. Maderas como el pino o el abeto, de savia aceitosa, no son muy apropiadas, ya que la savia impide que las fibras de madera se empapen de pintura.

 

            Con estos primeros pinceles se conseguían trazos largos, y del diámetro deseado por el artista, pero bastos. Las fibras de madera son gruesas y los hombres, siempre buscando la perfección, deseaban trazos más uniformes: los trazos que se podían conseguir con las pieles de animales. Unir los dos materiales: el palo de madera con los pelos de animales debió ocurrir hace 10.000 años, en algún lugar entre Francia y España y muy pronto el nuevo pincel se extendió por todas las zonas habitadas. En la Cueva del Tajo de las Figuras (Benalup-Casas Viejas) ya se usaron, hace 10.000 años, esos pinceles, aunque hay figuras que aún se realizaron con palitos con un extremo machacado.

 

            Y así nació el primer pincel. Su diseño básico no ha cambiado nada en 10.000 años, y sus técnicas de manejo son las mismas. No se a encontrado sustituto y, prácticamente todos los artistas plásticos lo han usado en algún momento de su carrera. Con él nació el arte tal como lo conocemos hoy en día, y es muy posible que siga siendo la herramienta del artista por excelencia, pues será casi imposible encontrarle un sustituto digno.

 

            J.B.Sanchis.